Solo necesitas saber donde buscar [Priv Takeshi]

No me odies:

Un día como cualquier otro, al menos así lo pensó por un momento la mujer de oscura cabellera, la cual sentada frente al volante de su escarabajo observaba todo lo que pasaba a su alrededor, en su cabeza la idea de marcharse a su hogar estaba presente ya que tenía trabajo que hacer en Nápoles, pero por otro lado una voz le decía casi a gritos que se quedara aun rato más, y debía admitirlo, la idea de dar una vuelta por las calles de Roma había sido tentadora desde que fue solicitada su presencia allí.

-Vaya…nunca me había costado tanto decidir- diría para si con una rara expresión de duda, terminando por dejar caer su cabeza sobre el volante esperando que ese pequeño golpe le ayudara a ordenar sus ideas. Solo iba a ser un simple viaje de negocios, realizar su entrega y regresar a casa, aunque era muy extraño que sus clientes le solicitaran tal servicio, pero no pudo negarse esta vez, el señor Rabatti siempre fue amable con ella y seria descortés de su parte el enviar tan bella arma con uno de sus trabajadores el día del cumpleaños de uno de sus más fieles clientes…Y ahora ahí estaba, estacionada en un lugar que no conocía a simple vista, llevaba más de diez años viviendo en Italia, pero pocas habían sido las veces que visito Roma, suspiro largamente y a su lado unos cuantos gruñidos se hicieron presentes llamando su atención.

-Al fin despiertas pequeña dormilona- acariciaría la cabeza de su mascota quien se estiraba acomodándose en el asiento, hacía mucho que no salían juntas y esta fue una oportunidad que no quiso desaprovechar, además desde que llegaron Bismarck -su perra Pomerania- no había dejado el vehículo sintiéndose mal por ello, no era la idea de paseo que tenía en mente, por un momento sus ojos regresaron al frente encontrándose nuevamente con la agitada calle, aunque… justo en ese momento en su cabeza todo haría click y el desconocido lugar en el cual estaba parada regresaría a su memoria, cerca había un lugar que durante años había deseado visitar otra vez -¿Qué te parece si vamos a estirar las piernas un rato?, Mamma conoce un lugar que te encantará- comento con una sonrisa, un ladrido se escucharía rápidamente y la cola del animal se movía entusiasmada, solo eso era la respuesta que necesitaba, y así en menos de lo que canta un gallo estaba dejando atrás el Circo Massimo  para adentrarse en la serpenteante ruta que la llevaría hasta el monte Aventino.

El Parque Savello, lugar ideal para dejar atrás todo el ruido y ajetreo de la ciudad, disfrutando así de las hermosas vistas que ofrecía este lugar y también reviviendo ciertas memorias que ahora dibujaban una sonrisa en su rostro. Bajaría del auto estirando de paso ambos brazos y respiraría profundamente, dejándose atrapar por ese aroma cítrico que le invitaba a adentrarse más en ese lugar, a su lado pronto llegaría su peluda compañera la cual observaba de lado a lado un tanto perdida el lugar.

-Es curioso que estés tan tranquila- se agacharía para colocar la correa en el collar del animal –Pero de todas formas me asegurare de que no escapes- acomodaría el accesorio dejando a la vista la placa con forma de barco en la cual el nombre del animal se encontraba grabado tras esto volvería a erguirse y asegurándose de que todo estuviera en orden comenzaría su andar, llevaba consigo un pequeño bolso el cual estaba sujeto a su cintura portando lo justo y necesario, vistiendo también más informal de lo usual, usando una camiseta de largas mangas de color azul un tanto verdoso, jeans negros y zapatos deportivos ideales para ir cómoda en ese largo viaje de regreso a casa, su largo cabello se encontraba trenzado dejando caer por los costados de su rostro los largos mechones de cabello que le caracterizaban.

No tardaría en cruzar la puerta encontrándose con el mismo paisaje que la recibió años atras, el famoso jardín de los naranjos le recibiría con una helada, aunque agradable brisa la cual le dejaría con una extraña sensación, tal vez el no haber pisado este lugar durante mucho tiempo sea la razón, ya que, a pesar de lo gratas, el recordar ciertas cosas aun le traían algo de dolor o tal vez… seria otra cosa la que le esperaba en ese lugar. Su mirada se dirigiría hasta su mano derecha posándose en el anillo dorado llevaba, hacia cuanto no usaba su anillo de matrimonio en el lugar que correspondía, por ahora y como una forma de “pasar desapercibida” el anillo que le permitía hacer uso de su llama colgaba en su cuello oculto bajo la oscura camiseta. Serían los ladridos de Bismarck los encargados de traerla de regreso a la realidad y reiría al ver como su mascota saltaba de un lado a otro intentando atrapar las hojas que el viento se había encargado de arrancar, pero muy lejos no podía llegar ya que la correa siempre la llevaba de regreso a su punto de inicio, tal jugueteo del animal no tardaría en llamar la atención de los demás visitantes.

-Siempre siendo el centro de atención- Ryu se acercaría para intentar cargar a su mascota, pero la repentina interrupción de un grupo de turistas que parecían perdidos le haría perder contacto con su peluda acompañante, tal descuido sería aprovechado por Bismarck volviendo a su dar inicio a su cacería, aunque ahora algo más grande y llamativo captaría su atención. Una naranja rodaría por el césped golpeando las patas del animal para luego desviarse camino abajo, sus impulsos por seguir aquel objeto fueron mayores y tras iniciar carrera no le fue difícil lograr liberar su correa dejando atrás a su distraída dueña.

Fue gracias a la alerta de una de las personas que ayudaba que pudo darse cuenta que la correa ya no estaba en sus manos y lo último que pudo ver era el como el cuero azul se arrastraba camino abajo y por delante una bola de pelos negra corría persiguiendo lo que parecía ser una pelota. Terminaría de entregar las últimas instrucciones un tanto apresurada y disculpándose por su repentina huida comenzaría a correr tras su mascota, confiaba en ella ya que por sí sola regresaría, pero también sabia lo curiosa que podía llegar a ser y perderla en este lugar era lo último que quería.

-Bismarck, regresa aquí!!- gritaría mientras corría tras ella, las miradas nuevamente se posarían en ella y algunos curiosos no podían evitar reír ante tal escena. Su carrera se vería detenida tras encontrarse de frente con un grupo que al parecer se dirigía hacia el mirador, haciendo real su peor temor…el perderla de vista.

-BISMARCK!!- su voz se alzaría más fuerte y tras poder rodear el grupo reinicio su búsqueda, gritando su nombre en reiteradas ocasiones, preguntando a aquellos que transitaban por el lugar si habían visto pasar al bólido canino, todos le indicaban la misma dirección, pero aun así este parque era enorme…Solo esperaba que algo o alguien pudiera haberla detenido, o si no, esta pequeña pausa antes de regresar a casa sería el doble de agotadora que el viaje de retorno.

Roma, el corazón de una de las civilizaciones más antiguas, el lugar que influenció cultura, arquitectura, arte, filosofía, religión y muchas otras cosas que tenemos hoy en nuestra sociedad, que privilegio tenía aquel sujeto que viajó desde una lejana isla en medio del océano!  Miraba los alrededores admirado por su belleza y complejidad, solo había leído de esto en libros que almacenaban con recelo en la isla debido a que la información del mundo exterior en aquel lugar era limitado, no había televisión, telefonía, los aparatos electrónicos eran escasos, solo se vivía de lo que la naturaleza le brindaba al lugar, siendo una isla próspera en fauna, flora, pesca,  estaba todo lo necesario para vivir. Que traía a uno de los habitantes de esa isla tan perfecta y simple  a una ciudad tan complicada y majestuosa a la vez?, pues su deseo de saber más y conocer el mundo… No había mucho más que aclarar aparte de querer encontrar a su familia. Acababa de viajar por unos cuantos países para acostumbrarse al ajetreo de la típica ciudad, sí que era estresante!  Habían muchas cosas interesantes y curiosas pero mil veces prefería la tranquilidad de su isla, conoció aparatos tecnológicos, vehículos impresionantes, personas habilidosas,  hasta había luchado con sujetos que querían arrebatarle sus pertenencias!  En pocos meses tuvo que obligarse a aprender que el mundo podía ser un lugar interesante, pero a la vez tenía su lado oscuro, un secreto contaminado y lleno de crueldad del cual aprendería más y más para tener cuidado a futuro.

Dios en serio que no puedo parar de maravillarme con cada cosa que veo…

Exclamó el peliplata en voz baja mientras caminaba con las manos en los bolsillos vistiendo una polera negra con una estrella roja en el medio del pecho, pantalones grises, guantes negros sin dedos y zapatillas converse, iba admirando la gente que pasaba a su lado a la vez que  se adentraba en un parque colorido y lleno de paz, si… estaba algo tenso de sentir tanto ruido de bocinazos y gente malhumorada gritando palabrotas así que necesitaba algo de esa paz que le  proporcionaba la madre naturaleza con su verdor tan característico, no importa de donde fuera, los arboles traían paz en su interior y donde hubieran estaría mejor. Tomó asiento al lado de un lugar con un relieve alto proporcionándole algo de sombra y comenzó a pensar en lo que debía hacer acá. Si… Debía empezar a recolectar información acerca de todo esto de la mafia, la llama de la última voluntad, las familias, según comentarios de amables sujetos amantes de lo ajeno que encontró antes de venir… el mejor lugar para buscar información sobre la mafia era en Italia, Roma para ser mas preciso, pero… donde buscar? A quien acudir? Tendría que dejar que lo intenten asaltar nuevamente para sonsacarles información? Era buena idea considerando lo debiluchos que eran estos tipos pero… en Italia lo mas probable era que tuvieran conocimiento acerca del Fiamma, así que debía ser precavido.

Haaah… Debería vender las armas que creé a la mafia,  así gano dinero y a la vez pido como parte de pago algo de información.

En estos meses había investigado como utilizar el fiamma a su beneficio, y si… había logrado conectar el fiamma con las armas logrando potenciar su daño y defensa,  todo gracias al libro que dejó su padre junto a las otras pertenencias que había regalado a Takeshi antes de irse, nunca pensó que le serían tan útiles…

bueno, todo tiene sentido ahora que sé que demonios es el Fiamma…

Por la ignorancia el chico dio una risotada alzando su cabeza al cielo, pero se vió interrumpida por una naranja que cayó desde arriba golpeando su nariz dejándola algo roja, seguido de cuatro patitas que aterrizaron en toda su cara; El chico de inmediato se tapo el rostro por el dolor del impacto pero al aclararse su vista logró ver que un pequeño perrito cayó en sus piernas después de pararse en su cara mirándolo a la vez que ladeaba su cara como si se preguntara “Quien eres”? . Al ver aquella situación solo pudo sonreir y acariciar al pequeño animal el cual de inmediato se acomodó en sus piernas.

Hey! De donde saliste?... Tu dueño debe estar preocupado…

Su correa de inmediato le dió a conocer que tenía propietario y debía encontrarlo, después de todo quería pasear un poco así que encontrar al dueño de este dulce animal no le haría mal, el animalito parecía cansado de tanto jugar así que lo tomó en sus brazos y caminó con el en dirección al lugar por donde vino.

Soplaría con fuerza haciendo a un lado uno de sus mechones de cabello, tanto correr había desarmado por completo su improvisado peinado, pero no tenía tiempo para detenerse por pequeñeces, primero debía encontrar a su hiperactiva mascota. Mantuvo un paso veloz y constante a la vez que observaba en todas direcciones en caso de que la pequeña Bismarck hubiera dejado algún tipo de rastro “a veces me pregunto el cómo podías seguirle el paso estando en silla de ruedas”, pensamiento dirigido al recuerdo de su mujer la cual sin importar su estado se las arreglaba para entretener a la revoltosa Pomerania.

-La edad ya me está golpeando bastante duro- murmuraría con una sonrisa para luego beber un gran trago de agua dejando casi vacía la botella que traía consigo, en ese momento algo captaría su atención. En el suelo se podían ver diversas marcas que al parecer habían sido hechas por un cordel o algo alargado -Ya te tengo revoltosa- sonrió cerrando rápidamente la botella comenzando a seguir las huellas dejadas por el animal, si la fortuna estaba de su lado lo más probable era que se había detenido en algún lugar o tal vez alguien la había encontrado, en cierto modo esperaba que fuera la segunda opción, ya que si tardaba en encontrarla ese alguien podría contactarla por el número telefónico que se encontraba en el collar de su mascota “pero, ¿Y si es un extranjero?” pensamiento fugaz que le hizo detenerse tensándose un poco, ese también era un posible escenario el cual complicaba un poco las cosas.

-Deja de complicarte tanto, mantén la calma- se animó y nuevamente regresaría a la acción, su cabeza se movería de lado a lado cual radar por un largo rato en busca de más huellas, pero sus ojos terminaron por captar algo mucho mejor - ¡Ahí estas! – exclamo con alegría al ver el familiar pelaje de su mascota, la cual era llevada por un joven, aún estaban algo lejos  razón por la cual comenzaría a correr hacia donde estaba el muchacho, se desviaría un poco para tomar un pequeño camino que le haría aparecer por el frente del chico -¡Hey!- gritaría a la vez que alzaba su brazo agitándolo esperando llamar su atención, la distancia que le separaba del joven se había acortado lo suficiente y se detendría cerca de él mostrándose exhausta.

-Finalmente... non vedevo l'ora che si fermó... (Por fin, ya era hora de que se detuviera)- hablo entrecortado mientras su torso estaba inclinado intentando recuperar el aliento, su cabeza se alzó lentamente encontrándose con la persona que había encontrado a su inquieta mascota a la cual le dedico una sonrisa y al poco tiempo después tomaría una gran bocanada de aire irguiéndose por completo – Gazie per catturare quella ragazza, giovanotto (Gracias por atraparla, joven)- volvería a sonreír mientras arreglaba su cabello – E 'una ragazza molto irrequieta (Es una chica bastante inquieta)- miraría a la aludida con cierto enfado logrando que esta bajara las orejas un poco intimidada – Ah, ah, non di fare la stupida, si devi chidere scusa (Ah, ah!, nada de hacerse la tonta, tú debes disculparte)- ordeno cruzándose de brazos, su respiración se había normalizado dando a notar un curioso acento al momento de soltar tales palabras en italiano, si bien había vivido gran parte de su juventud en estas tierras y aprendido su idioma, le era imposible no pronunciarlo con su característico “tono asiático” escuchándose un tanto graciosa y este último detalle le serviría para darse cuenta de algo importante. Recién observaría con atención el aspecto del muchacho que tenía en frente, una cabellera con un color bastante peculiar, el tono casi blanco que lucia no era muy común de ver por lo que se inclinaba más por la idea de que era uno de esos chicos que seguían tan extrañas modas que últimamente se veían… o tal vez no era así.

Nuevamente la confusión se apoderaría de la cabeza de la mujer, la cual ahora cruzada de brazos observaba fijamente al muchacho analizándolo, obviamente disimuladamente manteniendo una tranquila expresión y en ese breve lapso de tiempo numerosas serían las posibilidades que cruzaban su mente, inclinándose más por la idea de que era extranjero debido a varios rasgos poco comunes que noto en el muchacho, en especial las dos líneas rojas que decoraban sus mejillas y por encima de estas ojos del mismo color, dudaba si era alguien de estas tierras, ¿Alemán tal vez o quizás alguien que viva más allá del oriente?, si era así estaba en problemas ya que no poseía buen dominio de idiomas, siendo pocos los que lograba entender y hablar. Finalmente decidió quedarse a la espera de una respuesta a sus anteriores palabras observando al chico con tranquilidad, a ver que salía de todo esto…

Veamos... donde esta tu dueña...  

Susurró el chico mientras observaba a toda la gente en sus gestos y movimientos esperando encontrar a alguien que hiciese como que buscaba algo o alguien con lo cual había una alta probabilidad de que fuese el dueño o dueña del perrito que había saltado sobre su rostro mientras descansaba, pero lamentablemente todos se veían apresurados, haciendo ejercicio o pendientes de sus teléfonos inteligentes, es que acaso todos se habían vuelto una especie de muertos vivientes como los de la película que vio hace unos días con aquellos aparatos ??, en fin, el chico no seguiría perdiendo el tiempo preguntándose ese tipo de cosas así que continuó buscando a la persona responsable del animal.

Un grito a lo lejos hizo que el chico desviara la mirada, al parecer era la dueña del pequeño animalito que había aterrizado sobre su cara, sintió un alivio al verla ya que ya estaba comenzando a pensar que no encontraría al dueño y tendría que quedarse con ese pequeño, lo cual hubiese sido un problema para el peliplata. Caminó lentamente con el canino en sus brazos y sonrió a la mujer que se encontraba frente a él haciendo una pequeña reverencia mientras observaba con disimulo a quien entregaría al animal, se veía una mujer con experiencia, con un aura de persona importante o jefa de algo, inteligente y por lo demás hermosa, quizás las gafas hacían que se viera mas experimentada? , en fin, solo guardó silencio mientras ella hablaba en el idioma nativo de este lugar al parecer, solo escuchaba balbuceos de aquella mujer refiriéndose al canino y otras cosas mas por lo que solo pudo hacer una cosa.

Sorry Miss, I Dont understand you, I’m Japanese…

Inglés, era lo mejor en esta situación no?, de seguro ella podría entender algo de lo que le decía mientras le entregaba la agarradera de la correa atada al pequeño y lo dejaba en el suelo, su investigación se vio interrumpida por el animal pero fue agradable conocer mas gente para el y quizás así podría encontrar mas información sobre la mafia del lugar, estaba necesitado de información por lo que tendría que verse en la necesidad de ser tan descuidado de pedírselo a esta desconocida... Al ver que la mujer parecía tener conocimiento de la zona no dudó en preguntar con voz baja y algo preocupada.

Excuse me, Do you know anything about mafia in this place?

Tuvo que ir directo al grano, necesitaba urgente la información sobre el uso del fiamma en la mafia, conocer mas la estructura de aquella organización y establecerse en alguna parte para comenzar la operación, no sabía con certeza que podría hacer aún pero lo que si sabía es que debía aprender a utilizar sus habilidades y derrocar a la mayor parte de la mafia por sus actos de vandalismo en lugares prohibidos y libres de la contaminación del mundo actual.

My name is Takeshi Rairyuudan, I’m from Symphonia, it’s a island ubicated in the middle of pacific ocean, I need to find the “mafia” for rescue to my family and go back home.

Dijo todo lo que quería de una vez, por alguna razón esta mujer le daba confianza y no tenía miedo de contarle su propósito para encontrar a una de las organizaciones mas peligrosas del mundo, en todo caso, si ella fuese parte de la mafia italiana… la cual se encargaba de arruinar las cosas siempre, no dudaría en eliminarla aquí mismo por lo que cada palabra que dirigía a la mujer era con firmeza y seguridad aunque su fonética en inglés no fuera del todo buena.

Please, if you know something about this, I want to you tell me everything...