Una mision para dos [Narya]

Ya había pasado un mes desde que la pelirroja había llegado a Varia y Xanxus no hacía más que pensar en lo que hacía esa odiosa chica todos los días: Le seguía de un lado para otro, incluso cuándo él iba a un puticlub o a un club de striptease con esa mini falda tan corta y esas piernas tan blanquitas y ese pelo tan rojo hasta el punto de que algunas de las chicas se pusieron celosas porque él miraba más para ella que para las bailarinas exóticas , pero lo que otra se tomaría como un halago a ella no parecía gustarle, sobretodo cuándo Xanxus le metió un billete en el escote con la emoción de la fiesta . El problema no era tanto que ella no se separase de él porque la experiencia de Levi que ya era más acosador y más cargante superaba lo que ella hacía si no que el problema era que cuándo él la veía no podía concentrarse no podía quitar de su cabeza esos suaves muslitos, el calor que sintió al estar cerca de ella, incluso lo que ella le enseñó el día que lo conoció y que lo dejó con ganas de probar más hasta el punto de que sin mirarla y solo sentir su olor le hacía arder la sangre.
Lamentablemente el nono le había pedido expresamente que no se la tirara, así que debía ser un poco más amable que de costumbre o acostarse con ella sin que él se enterase, esa última opción es la más importante.

El problema era que a pesar del paso del tiempo el caracter de ella no había cambiado ni un ápice con respecto a él y, por desgracia, siendo así no podría tirársela si ella no consiente ya que sería básicamente una violación, además él nunca tuvo que obligar a nadie a acostarse con él, en si no sería un problema de no ser porque de hacerlo el Nono se enteraría ya que el que ella no hable es importante para que el Nono no se entere y sería raro que ella no dijera nada en caso de violación.
Con todo lo dicho la decisión de poner el cuarto al lado de él que en su momento parecía buena idea hacía solo que él estuviera aún más pendiente de ella y de los peluches que guarda en su habitación.

Además las paredes son de papel, en ese sentido fue bueno que Levi se cambiara de habitación pero puede oír cada vez que abre el armario para cambiarse la ropa o cuando se ducha o cuándo se mete en la cama, incluso lo que parecen a veces golpes en la pared.

Ese día era un poco distinto, normalmente las misiones de Varia son realizadas por pedazos de basura inmunda como Squalo o Levi o cualquiera de los otros pero ese día Squalo le notificó que tenía que ir en persona, para esa misión ya que solo el líder podía hacerla.

Esa misión era una molestia que él no se esperaba pero ya que iba a ir puso como condición hacerla en solitario ya que no tenia ganas de aguantar los incordios de un pavo real con gafas de sol, una sardina con complejo de tiburón, el protagonista de el bebe jefazo o un tio raro enamorado de él, así que esos días en soledad le iban a venir muy bien pero Squalo por desgracia era como un grano en el culo y tuvo que recordarle que ella no podía separarse de él en ningún momento así que tendría que acompañarle a la misión, otra cosa más por la que preocuparse pero dentro de lo que cabe más llevadero que lo otro ya que pensar en faldas cortas y esas cosas no importaba si al final había tema y ese tal vez fuera el momento perfecto, así que acabó accediendo para ver que pasaba.
Ahora solo queda decírselo a ella.

Narya había desarrollado una especie de rutina mientras estaba en Varia, dónde se encontraba desde hacía relativamente poco, no era una rutina muy distinta a la que desarrollaba en el CEDEF: Levantarse, asearse, desayunar, empezar a trabajar...hasta ahí era una rutina como quien dice sana y diaria para cualquier persona, pero ella no era precisamente alguien con una paciencia enorme y menos aún estando en Varia dónde pasaban las cosas más inesperadas, una cosa era escuchar a Iemitsu quejarse acerca de cuanto echaba de menos a su mujer y a su hijo y otra muy distinta era estar en la familia mafiosa más disfuncional que se haya visto nunca.  

Y ella que pensaba que tenía problemas, problemones sí que los tenía esa gentuza.

Pero lo más estresante de estar con ellos, con diferencia, fue tener que estar pegada a Xanxus, entre el olor a Whisky, el genio que tenía el "angelito" y los gritos e improperios, el estrés de Narya había pasado a casi convertirse en úlcera de estómago sangrante, por lo que la rutina diaria de Narya había cambiado de esta manera: Despertarse, asearse, desayunar, ir a vigilar a Xanxus y, en cuánto viera que su cabeza estaba a punto de explotar, decir: "Discúlpame un momento", se iba entonces a su habitación, agarraba un peluche de un león tamaño medio que había comprado en unos grandes almanecenes en día de rebajas para estos casos, lo sujetaba de cara a la pared por el cuello y empezaba  a darle golpes  en el estómago con el puño cerrado murmurando por lo bajo "Xanxus, hijo de la gran puta" o "Xanxus cabrón" o "hijo de puta sádico" según le pillara o según él le hiciera algo.

Como alternativa era bastante mejor  que agarrar y pegarle un tiro en la cabeza que era lo que le pedía el cuerpo, sin embargo, se supone que como ser humano había evolucionado del instinto primitivo que estaba basado en la premisa de "Si algo no te gusta, elimínalo". Bueno... bien pensado tal vez ella no estaba tan evolucionada...

Esa mañana no fue muy distinta a muchas otras, se había levantado un largo rato, como era la costumbre, aquella noche no había dormido demasiado bien por lo que se levantó incluso antes para pasar a la ducha, había tomado más tiempo bajo el agua  quitarse los rastros de sudor e intentar sentirse con la cabeza más despejada que cuando se despertó sin mucho éxito, las noches con poco sueño la dejaban cansada y desganada, ni siquiera con fuerza para tener mal humor. Por lo que al salir de la ducha se fue hacia la siguiente rutina: Ponerse la ropa interior, la camisa, la falda, medias, zapatos, pasando a la corbata y ponerse la larga gabardina con el logo de Varia, al final arreglaba su cabello con mucha más pereza de lo que había sido el lento devenir de ponerse la ropa, estaba demasiado largo y no se peinaba solo, requería de mucho trabajo con el cepillo y la plancha para alisarlo.  

Pasando entonces a la mesa desayuno sin atender mucho a los otros estaba centrada en su desayuno. Un poquito más de lo habitual para ver si su humor mejoraba.

Aunque el aire aquel día no solía oler en plan "agresividad contenida en una bomba de relojería a punto de explotar", había algo distinto y ella estaba pensando en lo que podría significar eso, incluso sin saberlo ya se imaginaba que iba a ser un marrón importante para ella, como no si su trabajo principal consistía en tener un ojo en el hijo del Noveno, significaba marrón seguro.

Así que pasando a terminar su desayuno, se fue a cepillar los dientes cuanto antes, en parte porque esperar a ver el marrón que iba a tener que hacer la ponía con el estómago cerrado, por lo que se fue más rápido que tarde al despacho de Xanxus solo para escuchar eso.

Una misión. Los dos solos.

Olé, qué alegría de día para empezar.